martes, 23 de noviembre de 2010

Tu m'as embrassé aujourd'hui...





Porque hoy me apetece reír así, sin poder parar, notando el diafragma golpeando mis costillas, el abdomen haciendo fuerza y la sangre concentrada en mi cabeza. Porque anoche no quise irme de tu lado, porque he amanecido notando el calor de los rayos de sol en mi espalda. ¿Los rayos de sol o tus dedos? ya no me acuerdo... 
Y es que soy inmensamente feliz cuando me permites morderte la oreja, porque es a mí a quien se le eriza el vello de la nuca. 
Pero no me dejes que me levante de tu cama; no permitas que llegue a la ropa interior, desperdigada por tu habitación. Muévete. Mimetízate con mi piel y mátame a cosquillas. Apriétame, abrázame. No tengas compasión por mis labios.

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